Derechos

Solo quisimos hacer valer nuestro derecho de usar las playas: Azeneth Marín

Playa del Carmen.- Como un «momento muy duro» describe Azeneth Marín su detención el pasado domingo en playa Mamita’s, únicamente por haberse instalado en la playa pública, pues fueron agredidos físicamente, humillados, amenazados y posteriormente desnudados por los agentes policiacos, quienes llegaron con sus órdenes claras, ya que nunca dialogaron con ellos.
En breve entrevista, la joven egresada de la UNAM, originaria de la Ciudad de México pero residente de Playa del Carmen desde algunos años, narró que el pasado domingo acudió a esta playa con su pareja, Daniel Sánchez, y al no hallar espacio se instalaron entre unos camastros, cuidando no utilizar los objetos de este club de playa.
No pasaron 10 minutos antes de que llegara personal de Mamita’s a exigirles que se fueran, pero desde un inicio hasta el final les explicaron que no lo harían, pues estaban en una playa pública. Al poco tiempo llegó el gerente, que en tono más agresivo, exigió su salida.
La pareja, conocedora de sus derechos, le dijo que le mostrara una orden por parte del gobierno en donde se les vedara su presencia en el lugar, respondiendo el gerente que no lo haría, pues «no son sus clientes», y añadiendo que llamaría a la policía, que «les explicaría» por qué debían irse.
El gerente se retiró y en menos de cinco minutos acudió una pareja de agentes de la Policía Turística, directamente a detenerlos, sin preguntar lo que ocurría o intentar dialogar.
Los agentes, que llegaron evidentemente con órdenes claras, comenzaron a agredirlos físicamente, torciéndoles los brazos para esposarlos, recibiendo Azeneth además un golpe en la pierna por parte de esta mujer policía.
Temerosos de lo que podría ocurrir, comenzaron a dar gritos de auxilio, momento en el que ciudadanos comenzaron a grabar lo que pasaba e incluso tratar de hacer una «valla humana» para impedir que se los llevaran, pero los policías comenzaron a amenazarlos con también detenerlos.
«No tardó más de cinco minutos; nos dirigieron a las patrullas y en el camino a los separos, nos trataron como delincuentes. Todo el camino se burlaron y amedrentaron, tratando de provocarnos, pero nosotros no les dijimos nada», comentó Azeneth.
Al llegar a los separos, los separaron, despojaron de sus pertenencias e incluso desnudó. A la joven le exigieron que hiciera sentadillas, antes de ser puesta en una celda, donde pasaría una media hora antes de ser presentada ante un juez cívico.
«Se le explicó todo lo vivido y el juez nos dijo que debimos habernos ido. Le dijimos que era una playa pública, pero comenzó a alegar que son concesiones y que no podemos ponerlos allí», narró la joven.
Finalmente, se les liberó sin que pagaran multa o explicación de lo que habían hecho que ameritara el trato violento y vejatorio.
La pareja ya acudió a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo y ante la Fiscalía General del Estado, para denunciar el abuso sufrido.
Lo único que buscan ahora es que se respeten el derecho de los mexicanos de usar las playas públicas, y además que se haga justicia por la manera en que fueron tratados.
Cuestionada sobre la respuesta de la ciudadanía, dijo estar impresionada al ver tanto apoyo y una reacción tan positiva por parte de la gente, pues «siempre hacer valer nuestros derechos es más fácil si estamos unidos».
En su caso, descartó que regrese a Mamita’s este próximo domingo, para el picnic masivo convocado en redes sociales, señalando que fue un momento muy duro y que ahora buscan reponerse y estar nuevamente bien.
En cuanto a la petición, en Change.org, para que se les revoque la concesión al Mamita’s Beach Club por mal uso de la misma, al pretender privatizar el espacio, Azaneth opinó que si es una acción sustentada en la ley, podría ser correcto.
«Todas las partes tenemos derecho, tanto quienes pagan por esta concesión, como quienes acudimos a disfrutar de este espacio público», concluyó.

Estado mexicano pide disculpas a la activista y periodista Lydia Cacho

Ciudad de México.- El Comité de Derechos Humanos de la Organización Nacional de las Naciones Unidas determinó que la activista y periodista Lydia Cacho fue objeto de actos de tortura y discriminación por parte del Estaso mexicano.
Esto debido a que en octubre de 2014 Lydia Cacho y la organización Artículo 19 denunciaron al Estado mexicano por violaciones a los derechos humanos, por lo tanto, una vez dictaminado el caso y dictada la sentencia, el Estado mexicano reconoció públicamente su responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho Ribeiro.
Lo anterior forma parte de la reparación integral que determinó el Comité de Derechos Humanos de la ONU en julio pasado.
También da la razón a la periodista de que fue sujeta a reiteradas agresiones sexuales, amenazas de muerte y tortura por parte de los agentes policiales durante la detención en la Procuraduría General de Justicia de Puebla. Los actos constituyen una violación del artículo 7 del Pacto.
En las resoluciones finales, el Comité hace notar que los tratos a los que se sujetó la autora tuvieron un objetivo discriminatorio por razón del sexo con violencia de género inflingida. Además, determina que la detención de la periodista violó su derecho a la libertad de expresión contenido en el artículo 19 del Pacto.
«El Comité considera que, en las circunstacias descritas, y a la luz de las declaraciones vertidas por el empresario (Kamel Nacif) en cuestión y por altas autoridades ejecutivas y judiciales del estado de Puebla, no desmentidas por el Estado parte, y por los motivos establecidos, la detención de la autora no fue una medida necesaria ni proporcional, sino más bien una medida de carácter punitivo y, en consecuencia, arbitraria, en violación del artículo 9 del Pacto», se lee como parte del resolutivo final.
«El Comité de Derechos Humanos, dictamina que los hechos que tiene ante sí ponen de manifiesto una vulneración de los artículos 3, en relación con el artículo 7; 7; 9; 19; y 2, en relación con los artículos 3, 7, 9, y 19 del Pacto», determina el documento de la ONU.