Cancún.- El Hospital General “Jesús Kumate Díaz” tiene 551 enfermeras y enfermeros, quienes están sobrecargados ante las exigencias de pacientes, al requerirse otros 300 puestos, a lo que se suma la constante rotación del personal suplente, que no logra obtener plaza y prefiere irse a la iniciativa privada.
Juanita Xol Canul, subjefa de enfermeras de este nosocomio, indicó que el personal le gustaría ofrecer “el 100%” de sí a los pacientes, pero en realidad lo hacen hasta un 70%, debido a la deficiencia de persona.
Cada enfermera atiende entre 10 y 12 pacientes, cuando lo óptimo son una por cada dos pacientes en cuidados intensivos, cada seis en emergencias y cada ocho en las demás áreas.
Indicó que a menudo hay quejas de que se les trata mal, cuando en realidad es la sobrecarga de trabajo la que impide dedicar tanto tiempo a cada paciente, además de generar estrés y cansancio en el personal.
Entrevistada en el marco del Día de la Enfermería en México, Xol Canul afirmó que su labor abarca mucho más que el cuidado físico, de ahí que la mayor satisfacción es cuando un paciente les da las gracias, o cuando ven que llegan con actitud renuente, pensando que no se le trata bien, pero se retira satisfecho.
Actualmente existen muchas escuelas de enfermería, incluso hay más opciones de capacitación y de posgrado (en el “Jesús Kumate Díaz” hay dos enfermeras con doctorado), por lo que no tiene problemas de falta de oferta, pero sí sufren una constante rotación en los puestos de contrato o suplencias, cerca de 150 puestos, pues muchos rápidamente se hartan de esperar la apertura de plazas.
Un suplente, comentó, gana mil 800 pesos quincenales, menos de la mitad de quienes están basificados, por lo que muchos se van en cuanto reciben alguna oferta por parte del sector privado.
La apertura de más plazas es una incógnita, comentó, pero es un tema sumamente requerido, en especial ahora con la creación del Instituto de Salud del Bienestar (Insabi), que ampliará la atención más allá de lo que se contaba con el Seguro Popular.
Indica que cuando hay cambio de gobierno, siempre sufren por falta de medicamento o materiales, pero salen adelante como pueden, a menudo con ayuda de fundaciones, o incluso por costeo propio de los pacientes.