AGENCIA SIM
Cancún.- La actual pandemia por el virus COVID-19 es una situación inédita en la historia reciente, con efectos de largo plazo que todavía no se pueden calcular, en donde se ha mostrado lo peor, pero también lo mejor de la gente y en donde también prevalece la importancia de los medios de comunicación con prestigio, para que filtren la información veraz y oportuna y así sean un contrapeso a la desinformación de redes sociales. Tal es la opinión de varios comunicadores entrevistados por separado en relación a la actual emergencia sanitaria.
José Martín Sámano, titular del noticiero “Hechos Quintana Roo” de TV Azteca, mencionó que actualmente existe gigantesca pluralidad en la información, en la que cualquiera ya puede ser reportero, vocero o “influencer” o escribir una cadena que será replicada por meses en distintos grupos.
En este contexto, ha quedado demostrado que los medios de comunicación conocidos, sean tradicionales o electrónicos, son quienes fungen como fuentes primarias, al servir como un filtro a toda esta información; por lo mismo, muchos ciudadanos ya saben, al recibir una información, que antes darla por cierta deben verificar de donde viene y si se encuentra también en algún portal con prestigio.
“Quienes quieren estar informados, lo están; quienes no, siguen en la oscuridad”, comentó.
En su opinión, existe una actitud de desconfianza que fomenta la desinformación, y por esta viene por las discrepancias entre las cifras oficiales y lo que se ve en la realidad.
“Desde un inicio existía la sospecha, que luego se confirmó, de que las cifras oficiales son muy por debajo de las reales, lo que después se ha visto con temas como las neumonías atípicas, pero aquí también los medios de comunicación hemos cuestionado con responsabilidad e informado de ello”, reiteró.
Gabriela Cruz Camacho, jefa del Departamento de Difusión de la Cultura y la Comunicación de la Universidad del Caribe, advirtió igualmente que se vive una atmósfera de desconfianza, la que funge como “caldo de cultivo” para la desinformación y teorías de conspiración.
En su opinión, hay un transfondo social que también se debe considerar, pues para poder discernir lo que es verdadero o falso se requiere de cierto nivel educativo, lo que, tristemente, a menudo depende del nivel de ingresos.
También se ha antagonizado a los más desfavorecidos, al acusarlos de egoísmo o inconsciencia por salir en estos momentos, cuando para ellos es tema de supervivencia.
“Hay muchas familias en situación de pobreza, que si no salen a trabajar, no pueden salir adelante, aunque corran riesgo de contagiarse”, lamentó.
Para Silvia Peraza Azueta, directora de QR Noticias, trasmitido por televisión de paga en Cozumel, es notoria la irresponsabilidad a la hora de trasmitir información, o lo fácil que resulta quejarse para muchos, sino considerar que esta es una situación indeseable en la que todos debemos sacrificar un poco para salir adelante con el menor número de pérdidas humanas.
Desde un inicio, necesidades objetivas, como implementar medidas de prevención, fueron politizadas por quienes todo critican o desvirtúan, lo que fomenta la inobservancia y, por ende, más contagios.
“Se polarizan la sociedad, y en lugar de estar todos enfocados en estar encerrados, nos la pasamos discutiendo si se ordeñan las despensas o si a quién le tocan y a quién no”, se quejó. “Me asombra al ver el número de menores en las calles; y te metes en redes sociales y no se habla del quédate en casa, no se preocupan de su salud. Se ha desvirtuado el mensaje”.
La lista de cosas negativas que se ven en la actual pandemia es interminable, señala por su parte Maricarmen Vélez, titular de Imagen Informativa de Grupo Imagen, pero también lo son las cosas positivas, quienes sí toman cuidado por sí mismos y los suyos, quienes han organizado incluso cocinas comunitarias, entrega de despensas o han buscado otras maneras de ayudar.
En su opinión, momentos como éste sirven para ver “de dónde cojeamos” como sociedad, y sin embargo el mensaje principal que perdura es el de solidaridad, que es muy propio de los mexicanos en cualquier situación de extrema necesidad, como ocurre con los desastres naturales.
Una cosa que la ciudadanía debe tener clara es que no deben basar sus esperanzas en lo que el gobierno pueda darles, sino que todos debemos buscar juntos el cómo salir adelante.
También debe dejarse de pensar en uno como individuo, para también incluir las consecuencias de nuetras acciones en los demás. “Porque si pienso como individuo, digo ‘quiero una cerveza’, pero si piensas en los demás, entonces consideras el riesgo de que contagies a tus hijos o adultos mayores”.
Muy distinta es la situación en la zona maya de Quintana Roo, en donde la actual pandemia se resiste con mucha tranquilidad, observando las medidas sanitarias, indicó Edier Enrique Moo Borges, corresponsal en José María Morelos para una agencia de noticias.
A diferencia de las ciudades, son pocos los casos registrados en estos municipios, donde además en las comunidades mantienen sus actividades normales.
“A pesar de ser remotas, sí acatan las indicaciones de salud”, explicó. “En las visitas que he realizado a estas zonas, se ve que ellos lo toman de manera muy distinta, pues subsisten a través del autoconsumo. Acá cuentan con sus milpas, gallinas y cochinos, por lo que el golpe no es tan drástico como en las ciudades”.
UN ANTES Y DESPUÉS
José Martín Sámano afirmó que en su experiencia como periodista, en la que ha cubierto diversos desastres y contingencias, nunca había visto una situación como la actual, pues lo más cercano fue la influenza AH1N1 de 2009, cuyo impacto fue mucho menor.
“En un terremoto o en un huracán, vas e informas de los daños, generalizados y a la vista. Aquí vivimos una ‘muerte chiquita’, de largo plazo, paulatina. Se ve que todavía falta mucho para que podamos calcularlo”, afirmó.
Para Gabriela Cruz Camacho, igualmente, se trata de un hecho inédito en la historia moderna, que ha trastocado todos los aspectos de la vida y que en Quintana Roo se sufre tanto más, por tener el turismo colapsado y sin certeza sobre cuándo regresará.
Las circunstancias actuales no solo perjudican la economía, sino también la salud emocional, que se detona por el estrés y por el encierro.
“Quienes no pueden estar solos consigo mismo enfrentan una dura situación; si una familia ya vive neurosis, ahora se agrava. Ya sabemos que la violencia intrafamiliar se ha disparado, pues las adicciones son bombas de tiempo que ahora estallan, por la convivencia obligada y la falta de recursos”, estimó.
La pandemia vino a poner un antes y un después, y si bien ahora todavía se está reaccionando ante ella, se tendrá que reflexionar muy largamente sobre el tipo de vida que llevamos y las dependencias que generamos, indicó Maricarmen Vélez.
“Van desde hábitos, como la necesidad de tener siempre un ahorro, aunque sean 10 mil pesos en caso de una emergencia. A menudo gastamos lo mismo que recibimos, y en cosas innecesarias”, señaló. “Ahora se nos muestra lo que es esencial, la salud, la asistencia social, el alimento…. El capitalismo, aunque muchos lo califican como fallido, se sostiene a sí mismo por los hábitos de consumo, que se fomenta, por eso todos tenemos esa compulsión”.
También como parte de esta tendencia, se han privatizado muchos sectores y se recortan actividades importantes como el sector salud, que por años ha sido ignorado, a vista de todos, quienes somos cómplices de tal descuido.
“Ahora estamos reaccionando ante la crisis, pero como periodistas debemos cuestionar qué pasará después. Existe una gran resistencia al cambio, pero ahora vemos que la normalidad que teníamos no era la más conveniente”, concluyó.
ACTIVIDAD EN RIESGO
En cuanto a su propia labor como periodistas, Edier Enrique Moo Borges, señaló que existe incertidumbre constante entre los compañeros, pues están constantemente expuestos y cualquiera de ellos pudiera ser un portador.
Aunque la labor informativa continúa y por eso ellos siguen trabajando, muchos han perdido otras fuentes de ingresos suplementarias, que pueden ser actividades afines, como realizaciones de eventos, fotografiar bodas, o bien temas ajenos, como un manejar un puesto comercial.
Como propietaria, las circunstancias de Silvia Peraza Azueta son totalmente distintas. Desde un inicio, el pasado 23 de marzo, comentó, desmanteló el estudio y envió a sus casas a sus 15 colaboradores, para que laboraran a distancia.
“Los tres programas al aire los hacemos todos desde casa; nadie sale. No es solo economizar, sino es por protección. Ya les dije que ahora todo serán entrevistas telefónicas”, indicó.
Todo su equipo está cobrando el 50% de su sueldo, como medida de solidaridad, indicó Silvia Peraza, quien también firmó el pacto por la preservación de empleo con el Gobierno del Estado, comprometiéndose así a no despedir a nadie, a pesar de la actual parálisis económica.
José Martín Sámano, dijo que todos extreman las medidas de precaución, pero como periodistas siempre están expuestos, como si fueran “chofer de combi”; de hecho, ya se han dado casos de comunicadores que han perdido la vida (en Playa del Carmen), lo que consideró lamentable.
Dentro de todo, dijo sorprenderse de que en Cancún se haya logrado mantener bajo control la enfermedad, sin que llegue a niveles de gravedad, como en Guayaquil.
“En Italia y España se vivieron situaciones de terror y aquí con lo descuidado que hemos sido, se mantienen bajo control las cifras”, dijo. “Aunque, la construcción de hospitales móviles, da para pensar que la situación por un tiempo seguirá así”.