La pandemia siguen llevándose a los Quintananarroenses mientras en Chetumal ya se volvió un tema fuera de control.
El ex presidente del
Comisariado Ejidal de Playa del Carmen, Gabriel Quian Ucán falleció víctima del Covid-19.
Gabriel Quian Ucán saltó en las portadas de la prensa el 19 de Marzo de 2019 cuando fue secuestrado en la autopista hacía Mérida junto con su esposa.
Fue liberado el 30 de Marzo, once días después luego de un supuesto pago de rescate por 30 millones de pesos.
Conocidos señalan que el ejidatario acudió al cumpleaños del dirigente de los taxistas de Playa del Carmen, Rubén Aguilar, donde días después 7 personas dieron positivo al Coronavirus, incluido el cumpleañero y uno de sus hijos.
Los restos del ex comisariado fueron cremados en Cancún.
Se muerde la lengua Roberto Erales y Hernán Villatoro del PT
La delega del Partido del Trabajo (PT) en el estado, Patricia Casados Pagín nombró a expriístas como enlaces con funciones de coordinadores tanto en el municipio Bacalar como en la Capital del Estado, Chetumal.
Se trata de Arely Carmargo Chávez y Juan Manuel Herrera, ambos ex militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la primera identificada con Félix González Canto y el segundo también identificado con Joaquín Hendricks y Roberto Borge.
En el 2019 apareció como candidata a la diputación por el Distrito XV, de Chetumal; representó al Movimiento Ciudadano y perdió las elecciones.
En el caso de Juan Manuel Herrera, es de los remanentes del ex gobernador Joaquín Hendricks, ya que fue quien lo puso como diputado en la X Legislatura. Sin embargo fue rescatado y puesto como diputado en la XIV Legislatura. Ha estado envuelto en escándalos de corrupción por tierras en Bacalar, hoy se ostenta como presidente del Ejido Aarón Merino de ese municipio.
El PT ha señalado que no incluiría oportunistas en sus filas, pero en una reunión celebrada en plena pandemia tanto en Chetumal como en Bacalar fueron designados estos dos políticos.
En dichas reuniones estuvieron presentes los diputados Hernán Villatoro Barrios y Roberto Erales Jiménez, quienes se mordieron la lengua a cambio de una buena mochada.
