Los días del Partido de la Revolución Democrática (PRD) están contados. En las recientes elecciones, el partido que alguna vez fuera el referente de la izquierda mexicana no logró obtener el 3% de la votación nacional requerido para mantener su registro como partido político.
El PRD, fundado en mayo de 1989 por figuras emblemáticas como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, y en el que también militó Andrés Manuel López Obrador, se ha visto relegado al obtener solo el 1.86% de la votación total en las elecciones presidenciales del 2 de junio. Esto equivale a un millón 121,007 votos, de acuerdo con el 100% de los cómputos distritales.
La extinción del PRD en el país y en Felipe Carrillo Puerto se remonta a su decisión de coligarse con partidos neoliberales y conservadores, una alianza que muchos consideran como el inicio de su decadencia. La ambición política y las alianzas equivocadas han alejado al PRD de su base electoral tradicional, dejándolo vulnerable ante el ascenso de Morena y de Mary Hernández en el municipio maya.
La Constitución mexicana es clara en su artículo 41: “El partido político nacional que no obtenga, al menos, el 3% del total de la votación válida emitida en cualquiera de las elecciones que se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo o de las Cámaras del Congreso de la Unión, le será cancelado el registro”. Esta normativa ha sido la sentencia final para el PRD.
En las elecciones para senadurías, el PRD obtuvo solo el 2.13% de los votos totales, y para diputaciones, apenas el 2.45%. Estos resultados insuficientes reflejan el descontento y la pérdida de confianza del electorado en el partido que alguna vez representó una esperanza para la izquierda mexicana, pero que traicionó a campesinos, indígenas mayas y los menos favorecidos en Felipe Carrillo Puerto.
El panorama político en México ha cambiado radicalmente, con Morena consolidándose como la principal fuerza política del país. El partido liderado por Andrés Manuel López Obrador ha logrado captar el apoyo de la ciudadanía con verdaderas figuras progresistas como la hoy presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, la gobernadora Mara Lezama y la presidenta municipal electa, Mary Hernández.