Por Pedro Canché
*El pueblo ha adoptado a la pequeña Julissa dos veces. Primero como víctima y luego la luchadora y leona que marcha y exige justicia por sus muertos antes de enterrarlos siquiera.
Felipe Carrillo Puerto.- La huérfana Julissa ha sido adoptada por la ciudad de Felipe Carrillo Puerto luego del feminicidio doble donde el novio asesino le arrebató a su madre y hermana gemela.
La tarea le salvó la vida
-Madre, tengo tarea hoy con el grupo. Solo saldré un momento. Regreso a cenar al ratito.
Julissa Llevó sus libros y sus cuadernos.
Yutzal su hermana le dijo que no se tardara y le mandó un beso desde la cocina mientras Jesús, un chico de 16 años estaba más serio que de costumbre y tenía los ojos llorosos.
En el CBTIS 72 en el Quinto Semestre, en el turno de la mañana, dejan mucha tarea y Julissa es una estudiante que tomaba en serio quemarse las pestañas. Su gemela Yutzal en cambio iba en tercer semestre por la tarde donde cursaba también Jesús Elizama y este año se hicieron novios.
La noche del jueves cuando Julissa regresaba a cenar y descansar, decenas de extraños se arremolinaban enfrente de su casa. Esos borrachos del barrio que les gusta andar en el mini súper de la esquina, pensó.
Roberta, viuda desde hace una década no se volvió a casar al dedicarse en cuerpo y alma a sus tres hijos. Ese pozole que preparaba tenía su ingrediente secreto. Y tenía muchos pedidos. También hacía corte de pelo en su casa a los vecinos del barrio de la calle 60 y 83, a solo tres cuadras de la Vicefiscalía de la Zona Centro.
Ese delicioso pozole costeó los estudios de su hijo mayor, ahora profesor en Chetumal y los estudios de las gemelas en el CBTIS, una por la mañana y la otra por la tarde para no sentirse tan solita.
-Hija no te acerques por favor, la abraza la profesora, su vecina de enfrente.
-Se le fue el corazón hasta el cielo. Distinguió a mamá en el suelo del oscuro pavimento.
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Yutzal ya no quería seguir de novios con Jesús Elizama. Sus amigas y amigos le advirtieron que el chico fumaba mariguana y la compartía con sus compañeros en la escuela.
Yuki-mey -como gustaba ser llamada- tomó una decisión y le dijo a Jesús que necesitaba hablar con el. Le comunicó que ya no quería ser su novia. Que se dedicaría a los estudios.
Jesús pensó que por fin se iba a acostar con ella. Y en cambio recibía el cortón. Ya eran varios días que insistía y llegaba tarde a su casa por esa conquista. Roberta solamente le permitía visitar a Yutzal en su casa.
En la autopsia de ley los peritos no encontraron huellas en Yutzal de haber sostenido relaciones sexuales. En la mochila de Jesús en cambio encontraron una bolsa de mariguana y 10 condones. Y faltaba la navaja que enseñaba en la escuela. Una navaja tipo militar que alguien le regaló alguna vez.
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Alberta escuchó el sonido de platos rotos en la cocina y golpes secos. En lo que abre su cuarto y llega a la cocina hay gritos de dolor de Yuki-mey en el patio, gritos de mucho dolor .
Su beba está sangrando y tiene en el cuello una herida que tapa con los dedos. Era tétrico. Una pesadilla insoportable ver al fruto de su vientre herida.
Doña Roberta se lanza contra Jesús Lizama como una leona defiende a sus cachorros. Le jala del cabello. Su primer instinto quitarle la navaja y Jesús voltea con la navaja y hace círculos al aire y la madre recibe cortadas en los brazos.
Dos cortadas en el brazo derecho y uno en el izquierdo. Y el fatal en el cuello, un corte profundo que le corta la yugular, y como puede atraviesa la calle para pedir auxilio. Esos 10 metros fue lo ultimo que corrió.
Yutzal aún tenía fuerzas y cuando ve a su madre herida de muerte intenta a punto de desfallecer detener al novio que le quitaba la vida. Jesús se voltea y le da la estocada mortal en el pecho y corre con la navaja que brilla en la oscuridad de esa calle abandonando su mochila y a sus víctimas.
Si Yutzal no era de él, de nadie más sería. Corre por el norte de la calle 60 y atraviesa unos terrenos abandonados de la esquina. Atrás su suegra muere instantes después y su novia lucha por su vida. Es herida a las 10:21 y muere cinco horas después en un hospital de Chetumal.
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Julissa abraza a su madre. Llora. Se ahoga en llanto. La ambulancia recoge a su gemela. Está viva. Ella es la única sobreviviente. La tarea le salvó la vida. Podría haber sido la tercera víctima del feminicidio. Deja medio corazón con su madre y va en el hospital por Yutzal. El alma se le quiere también . Hubo esperanza solamente cinco horas. Perdió a todos los de su casa esa noche.
Julissa tiene fuerza. Marchó desde el CBTIS 72 el viernes por la tarde a su casa exigiendo que atrapen al asesino. Fue a plantarse con sus amigos a la casa del dirigente de la CNC en el municipio Elizama Beh Cituk para pedirle que entregue a su hijo.
Este sábado una hora antes del entierro también realizó su tercera marcha con 400 vecinos en la Vicefiscalía General de la Zona Centro para reclamar el comunicado en donde la Fiscalía General del Estado (FGE) daba el hecho por robo y no por feminicidio.
-Quiero justicia para mi mamita y mi hermanita. Quiero justicia. Que detengan al asesino y que no lo protejan por ser hijo de un político, dijo Yulitza.
El fiscal Miguel Ángel Pech Cen minimizó el doble feminicidio y por medio del boletín 8722018ZS lo llamó un intento de robo un día después mientras los vecinos y sus mismos ministeriales estaban desvelados por andar buscando en la ciudad al homicida.
Lo corrigió hasta la tarde de este sábado y dijo que la carpeta la abrió por feminicidio. Pero ya había enardecido a los carrilloportenses.
Por eso por primera vez en esta ciudad en el funeral del cementerio aparecieron mantas para exigirles al gobernador Carlos Joaquín y al fiscal que hagan justicia:
“Gobernador Carlos Joaquín y fiscal Miguel Ángel Pech Cen el pueblo exige justicia. Roberta y Yutzal”.
Otra más dirigido al dirigente de la CNC:
“Elizama entrega a tu hijo”.
El pueblo ha adoptado a la pequeña Julissa dos veces. Primero como víctima y luego la luchadora y leona que marcha y exige justicia por sus muertos antes de enterrarlos siquiera.