AGENCIA SIM
Cancún.- La decisión de cerrar el actual ciclo escolar con educación a distancia, sin clases presenciales, no molestó a muchos padres de familias de escuelas privadas, pues la mayoría de ellos se oponía a un reinicio de aulas en junio, por el riesgo de contagio, comentó Luis Gerardo Téllez Trejo, expresidente fundador y consejero de la Asociación de Universidades y Preparatorias Privadas de Quintana Roo.
En entrevista telefónica indicó que los contagios por COVID-19 siguen en aumento en Cancún, sin que se vea siquiera que se llegue a un pico, por lo que las autoridades eligieron bien al mantener el actual esquema a distancia.
“Nuestra asociación trabaja con jóvenes que se mueven solos y que pueden aceptar protocolos de salud, pero lo que es la educación básica, un regreso a clases implica la movilización de sus padres, además que difícilmente puedes controlar que no se den un beso o un abrazo”, indicó el educador.
La existencia de entre 30 o 40 alumnos por clase y de hasta mil por escuela es un potencial foco de trasmisión que tenía muy inquietos a cerca del 70% de los padres que han cuestionado. Por ello, incluso le hicieron saber al gobierno estatal que se pronunciarían en contra de un retorno a clases en junio, cosa que no sucedió.
DIFICULTADES ECONÓMICAS
Téllez Trejo aceptó que la situación actual en las escuelas particulares es funesta, pues algunos perciben menos de la mitad de los ingresos de las colegiaturas, con lo que ni siquiera alcanzan a cubrir su nómina y renta.
Varias, en particular los jardines de niños, con menor aforo, posiblemente ya no reabran sus puertas, pues los infantes que cuidaban fueron retirados, sin fecha para su retorno.
“Una directora me mencionó que tiene su inmueble desocupado desde marzo y posiblemente hasta septiembre, pero le siguen cobrando renta”, indicó.
En total hay cerca de 400 instituciones de enseñanza particular, desde la preescolar a la universitaria, las que tratan de resolver la situación actual en distintas formas, ya sea ofreciendo descuentos generalizados en las colegiaturas, o bien dialogando con cada familia para llegar a algún acuerdo.
Se carece de acuerdos específicos de apoyo gubernamental para estos colegios; algunos han podido aprovecharse de los esquemas para PyMEs, pero todos quienes son asociaciones civiles quedan excluidas de estos programas.
PARTEAGUAS
El consejero señaló que la pandemia es inevitablemente un parteaguas, que obliga a la sociedad en conjunto, incluyendo al sector educativo, a innovarse, particularmente en cuanto a tecnologías.
“Desafortunadamente, muy pocas escuelas privadas tenían las plataformas o sistemas listos para hacer frente a esta situación desde un inicio. Mucho fue pasarse PDFs por medio de Whatsapp; no muchas tenían plataforma de videoaulas, aunque en esto mucho sirvió Google como apoyo”, detalló.
“Ya no podemos trabajar de la misma forma que hace 100 años; es obligado el evolucionar. En la medida en la que aprendamos las lecciones que nos ha dejado esta vivencia, sobreviviremos”, afirmó, “porque el uso de tecnologías no es un lujo, sino una prioridad”.
La educación a distancia tiene muchísimas carencias y problemas en los que se deben enfocar; nada más fácil para un alumno que recibir algún documento, resolverlo por Wikipedia y devolverlo. Se requiere un contacto con un docente para que contraste y constate lo aprendido.
Por ello, además de los sistemas, también se necesita una adecuación del persona, incluso plantear la forma en que se preparan a los futuros educadores, pues dijo conocer a un maestro, con posgrado, que dijo rotundamente que se negaba a hacer clases de esta manera.
“Si tiene un posgrado y actúa así, ¿qué podemos esperar de gente menos preparada, o más aún de niños y jóvenes, que no saben estudiar así?”, cuestionó.
Sobre los contenidos perdidos por el actual esquema, dijo, a título personal, que se requeriría de unas tres semanas de clases, previas al inicio del siguiente ciclo, para una recuperación intensiva, pero eso ya dependerá de las autoridades y los sindicatos de maestros.