Por Pedro Canché
Cuando el gobernador Carlos Joaquín tomó el poder, se encontró con pagar casi 450 millones de pesos al mes de intereses por la mega deuda Felix-Borge de 21 mil millones de pesos. Cada quintanarroense debía en ese entonces 16 mil pesos por ese despilfarro de recursos.
Y el interés viene descontado de las participaciones federales que son algo así como 800 millones de pesos al mes las cuales por convenio de esa deuda la Federación lo deposita en HSBC, entidad financiera que agarra sus intereses y la de sus pares bancarias y el resto lo deposita en las cuentas de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan)… unos 350 millones que se depositan para la nómina, alrededor de 330 millones a la quincena cobra la burocracia.
No hay margen de acción. La deuda asfixiará como lo ha hecho con el gobierno de Carlos Joaquín al próximo sexenio. Los recursos propios que estaban estimados en 500 millones de pesos al mes la recaudación bajó por la pandemia pero ha logrado sostener la segunda quincena. Y pagar a los proveedores.
Hay que ser un malabarista financiero para enfrentarse a la monstruosa deuda de 21 mil millones de pesos menos 732 millones de pesos que se ha logrado abonar.
De acuerdo al estudio «Crece deuda estatal por pandemia» de la Consultora Aregional, Quintana ROo presentó en 2020 una reducción en sus pasivos a largo plazo de 733.2 millones de pesos, equivalentes al 3.8 por ciento del total, esto implica una disminución significativa de la deuda pública el año pasado.
A nivel nacional y en medio de una situación tan complicada la deuda de los estados fue de 2.2 por ciento, lo que originó que varios de ellos solicitarán más créditos para enfrentar sus necesidades en los servicios de salud y reactivar la economía.
Quintana Roo fue que supo mantener su disciplina financiera a pesar de la reducción de ingresos propios, los estímulos fiscales aplicados y las afectaciones en las participaciones que activaron el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas; y de esta manera a mejorado su salud financiera que representa grandes beneficios para los quintanarroenses.
De ahí que los diputados entendieron que al no tener Quintana Roo margen de deuda para obra pública, se haya contraído la de 820 millones de pesos, que es en realidad un adelanto de recursos vía el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas “FAFEF”, esa será la garantía de los bancos, se adelantan pues obras como el bulevar Bahía de Chetumal, el parque de la Equidad en Cancún y obras en Cozumel. Es una deuda con soporte federal que no hace más boquetes al barco sexenal.
La propuesta de nuestra parte es que el Estado venda sus propiedades, terrenos y terrenos en la playa que no pudo rematar Felix y Borge para pagar la deuda y poner un candado en el Congreso, una iniciativa que prohíba a Quintana Roo contratar deuda.