Por Pedro Canché
Ahora que mencionan al viejón tabasqueño amigo de Andrés Manuel López Obrador, Rafael Marín Mollinedo como posible candidato de Morena a la gubernatura de Quintana Roo en 2022 inmediatamente viene a nuestra mente para quienes somos quintanarroenses la similitud del individuo con el despreciable Margarito Ramírez, gobernador del territorio de Quintana Roo de 1944-1959.
¿Acaso no hemos superado ese centralismo de la Federación de enviarnos a sus virreyes?
Se pisotea la autodeterminación de los pueblos tan sólo pensar que Rafael Marín pueda ser el candidato de Morena por la amistad con el presidente tabasqueño.
Ha corrido la versión que Rafael Marín dejará en semanas ser el director general del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (cargo que le dio su amigo AMLO) para buscar la candidatura si el género le favorece.
Margarito Ramírez, ese infame explotador de las riquezas forestales de Quintana Roo salió huyendo de Chetumal cuando 500 mayas de Yoactún y anexos marcharon para capturarlo. De oficio ferrocarrilero y amigo de Álvaro Obregón, a quien ayudó a ocultarse en 1920, Margarito Ramírez fue impuesto en 1944 por el presidente Manuel Avila Camacho como gobernador del territorio de Quintana Roo y de ahí inició el saqueo, la mala administración y el déspota actuar.
Esta historia rancia y triste, ¿lo repetirá AMLO con recompensar a su amigo Rafael Marín Mollinedo como candidato en 2022 sabiendo el arrastre de Morena? De ser así Rafael Marín será el Margarito Ramírez reencarnado en versión recargada.
Desde aquí los mayas le decimos fuerte y claro: Ni madres, a los Margaritos Ramírez ya los superamos desde el siglo pasado y no permitiremos su retorno…