Contrario a otros eventos donde el público pide selfies al gobernador Carlos Joaquín, los mayas no piden selfies.
Por supuesto que es así porque no traen celulares. Solo los más jóvenes se animan a tomar una que otra foto.
Esto hace más familiar el evento porque todos saludan y aprovechan mirar a los ojos del gobernador y darles alguna petición adicional.
Es el desayuno de fin de año del gobernador Carlos Joaquín con los dignatarios de los tres centros ceremoniales de Quintana Roo y el centro ceremonial de Felipe Carrillo Puerto creado por el PRI en los años ochentas con la misma jerarquía política militar.
Hay 600 invitados, entre generales, sacerdotes, cabos, sargentos y soldados de la guardia de las cruces. Sus rostros envejecidos nos muestran una raza indómita en el invierno de los tiempos mayas.
Los descendientes de los ‘cruzoob’ , esos valientes que frenaron el genocidio maya ordenado por Porfirio Díaz y avalado por la iglesia católica, están en sus mesas con su familias.
De piel como la tierra, curtida y productiva hoy acudieron en el centro social La Capilla a desayunar con el gobernador. Temprano llegaron en vehículos desde los centros ceremoniales de Tulum, Xcacal Guardia, Chancà Veracruz y Chumpón, y las comunidades aledañas a los tres pueblos sagrados.
Chirmole fue el menú con tortillas. Tienen con las fiestas de Noviembre de los muertos y las de Diciembre comiendo lo mismo. Alguien no puso cuidado de darles otro menú tan común en sus comunidades.
Muchos platillos quedaron en la mesa. Faltó idea para ponerles un filete de arrachera con cebolla o un pescado al tikinxik. O un suculento filete miñon o unos medallones de chuleta.
O aprovechar guisarles algún platillo poblano o oaxaqueño.
Carlos Joaquín se mostró optimista en su discurso en el mensaje de fin de año. Delta Moo Arriaga de Inmaya y Javier Hernández, magistrado de asuntos mayas, son los dos que tienen pleno contacto con los dignatarios. En el caso de Javier tendrá dos décadas en contacto con los últimos 470 sacerdotes- militares que quedan de un ejército que enfrentó hace una centuria a los mexicanos y yucatecos.
El gobernador y el alcalde José Esquivel hunden sus dientes en el pavo del chirmole, en un plato desechable. Roberto Borge ordenaba a su staff unas vajillas de porcelana solo para el cuando convivía con los mayas.
Roció Sánchez Moreno, de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESO) es optimista también. Nos explica que varios programas desaparecieron este 2019 con el presupuesto federal pero vienen otros programas nuevos y con otros nombres en este gobierno amloísta.
Está la alcaldesa de José María Morelos en una mesa. No estuvo en el palco donde Joaquín dio su discurso. Donde el general maya. Pero disfrutó de una charla con un sargento maya.
Escribió poco después el gobernador en su twitter :
“Valoramos a la cultura maya como bastión de nuestra identidad. Durante el desayuno con dignatarios en #FelipeCarrilloPuerto por el #DíadelaCulturaMaya, reiteré mi compromiso de fortalecer las acciones para generar más oportunidades, con pleno respeto a sus usos y costumbres”.
Es la cultura que no pide selfies.
Al menos los jerarcas mayas ya tienen pavo y canasta navideña